Potenciado por malas noticias

miércoles, 30 de marzo de 2011

Que extraño lo que extraño

Después de unos meses fuera, uno comienza a extrañar cosas cada ves mas absurdas, pero te das cuenta que todas esas cosas  dan forma a tu día a día. Esta es una lista de todo lo que extraño.

Extraño a Vero, a mi mamá, a mi papá, a Fermín,  Elías, a Sofi, a Efra, a Laura, a Mariana, a Ana V, a Dani, a Maribel, a Marifer, a Monch, a Susana, a Paola, a Lucero,  a Pepe, a Crady, a Ale, a Karla, a Mansur (y a sus dibujos), a Daniel, a mis primos, a mi única Tía, a Paprika, a Helado, mi escuela, mi carro, el carro de mi mamá, la gasolina de gobierno, el cereal, los productos Santa Clara, el queso Oaxaca, Cinépolis, mi ropa, mis zapatos, relojes, gorros, sombreros y demás, mis lociones, mi xbox, mi wii, la tv, mi recamara, la casa de Fermín, San Javier,  Santa Fe,  la cabaña, los tacos, los pambazos, los Haiunis, los tamales, los jalapeño poppers, Ruben´s, suhi itto, McDonalds por 37 pesos, el área de comida rápida de Santa Fe, Bacardi barato, Coca-Cola barata, no tener que lavar mi ropa, no tener que lavar mis trastes, poder vivir sin una maldita BlackBerry®, extraño no tener que usar metro, extraño el español bien hablado, extraño el inglés bien hablado, extraño los súpers de buen tamaño, extraño a los cerillos en los súpers,  extraño la renta en precios razonables, extraño que el pan para hot-dogs venga cortado, extraño las fiestas en casas, extraño levantarme 3 minutos antes de clase y aun así llegar a tiempo,  extraño la radio, extraño manejar, extraño que los peatones no valgan nada,  extraño la cantidad de papas, refrescos, cervezas y otras bebidas que nos ofrecen las tiendas, extraño las halls (acá no son iguales), extraño poder poner música de bandas latinoamericanas y que algunos si les guste o por lo menos sepan de quien son, extraño el dinero de mi trabajo (si alguien sabe de un trabajo avíseme porfa), extraño los centros de impresiones de gran tamaño que son malísimos pero te dan una sensación de que tienen todo, extraño el chisme, extraño, y así podría seguir por un rato mas pero seguro que les da tanta hueva leerlo como a mí escribirlo, entonces los dejo con una pequeña reflexión:

SI viven un vida bastante acomodada y llena de facilidades (pero no lo suficiente como para pagarse las mismas comodidades en otro país sin sentirse que están estafando a sus papás) como la mía, váyanse a vivir a otro lado en cuanto puedan, van a aprender mucho de si mismos y de lo que tienen, además de conocer lugares lindos.

SI viven un vida bastante acomodada y llena de facilidades  (y pueden pagarse las mismas comodidades sin sentirse mal) mejor que la mía, váyanse a vivir a otro lado en cuanto puedan van a pasarla de huevos, van a conocer lugares grandiosos y todo será como en casa pero sin tener que rendirle cuentas a nadie ¡party on!.

Si viven una vida horrible, no tienen comodidades ni facilidades (y pueden de alguna manera pagarse un boleto de avión o bus o lo que sea sin morir de hambre) peor que la mía, váyanse a vivir a otro lado en cuanto puedan, no tienen nada que perder.

Nos estamos viendo cachorros, si tienen alguna duda, dejen un comentario y tal ves les conteste.

Potenciado por malas noticias.

domingo, 6 de marzo de 2011

Metro

Hoy cumplo 59 días sin manejar y cuento los minutos para volver a estar al volante de mi hermoso compacto semideportivo de lujo rojo.

Últimamente me tengo que mover por la ciudad en metro, lo que no me a entusiasmado mucho.  Hasta ahora lo único que me ha dado usar el transporte publico es una pantalla de computadora dañada.

He preparado una serie de hechos para justificar mi nueva idea de que el metro es un sistema de transporte para pobres. Lo hago con la única intención de denigrar el transporte por sus características y no a la gente por su nivel social,  también quiero agregar que no me siento superior por cuestiones económicas a la gente que usa este sistema de transporte, me siento superior a la gente en general por todo tipo de cuestiones.

Comencemos desde la entrada, para poder ingresar te dan un boleto con una franja magnetizada. Esta franja pierde su función si entra en contacto con objetos como celulares, tarjetas de crédito o debito, imanes que pueden ser los de una mochila o unos audífonos, llaves o monedas. Entonces para poder usar el metro tranquilamente debes ser un personaje sin sistemas de comunicación portátiles, plásticos, sistemas de entretenimiento portátiles, casa, auto, ni un locker y por supuesto, no traer un peso en la bolsa. Luego entramos al metro, en caso de que sea una estación pequeña llegas rápidamente a los vagones, pero si es una estación grande tienes que caminar muchísimo para llegar a la línea que quieres, cosa que alguien que pueda pagarse otro tipo de transporte no estaría dispuesta pasar solo para llegar a un carrito lleno de gente. ¿Quien esta dispuesto a pagar por entrara a un vagón, y estar amontonado, lleno de olores, viendo cosas raras que se dicen miembros de subculturas, escuchando música atroz de gente desconsiderada? Solo alguien que no tiene de otra ¿no?.

Si alguien te dice que lo prefiere a manejar, miente, es solo que no tiene dinero para un carro, o para la gasolina, si de verdad lo prefiere a manejar, miente, es solo que no tiene para comprar un carro que sea bueno manejándose, si de verdad de verdad lo prefiere a manejar, miente, es solo que no tiene para pagarse un chofer o un sistema de transporte particular como el taxi.

Después de esto quiero aclarar que, aun teniendo todas estos contras que en lo personal prefiero no experimentar, este medio de transporte es muy eficaz, mantiene grandes ciudades comunicadas y gracias a el podemos vivir nuestro día a día, o se imagen llegar al súper una mañana y que no estén los cerillos y las cajeras, o que cuando regresen a su casa no este arreglada su habitación, como estos ejemplos hay miles, así que no me queda nada mas que decir: muchas gracias metro y espero no saber mas de ti que lo que me cuenten.

Potenciado por malas noticias.