Potenciado por malas noticias

viernes, 29 de abril de 2011

Un cuento

Escribo antes de que se termine abril  y no tenga nada nuevo el blog.

La verdad que no se me ocurre algo interesante que contarles… ¡ya se! Les voy a contar una pequeña historia que paso en una tierra muy muy lejana, cuando fui invitado al palacio de un primo que no veía hacia mucho mucho tiempo.

Capitulo 1: Introducción.

Yo me encontraba de viaje estudiando las místicas enseñanzas del arte y la ciencia en la capital de la antigua tierra de Hispania. Un día mi compañero de viaje y consejero de vida Sir Dulfo me informo que me había llegado una carta esa mañana y que la había dejado en mi habitación, corrí entusiasmado esperando que fueran noticias de casa,  tome el sobre de cuero en el que se veía mi nombre “Sir Leon Val” y un sello de cera roja que decía “SS”, lo abrí y vi que era de mi querido primo Sasotore  (que era mi primo por la iglesia Cristiana), diciéndome que le habían informado de mi viaje a Hispania, que  su palacio se encontraba no muy lejos y me invitaba a visitarlo en cuanto tuviera la oportunidad. Emocionado por las noticias me apresure a juntar mi equipaje  me despedí de Sir Dulfo, le pedí que informara a casa de mi viaje y emprendí el la corta travesía en mi poderoso caballo  volador submarino Luis Miguel Von Appleton. Pasaron solo un par de días y sin ninguna novedad llegue a la majestuosa ciudad imperial de Sporea (se escribe SPQREA), donde según las instrucciones de la carta tuve que esperar la central de transportes e informar al encargado para que diera aviso a mi primo. La estación era una especie de gran catedral a la que le habían tumbado las paredes, dejándola sobre sus pilares de soporte y en la parte mas alta tenia un gran domo de cobre grabado con las palabras “el transporte o es bueno o es barato” y el escudo imperial. El lugar estaba lleno de gente, animales y gentimales. Esto es lo que dice el diccionario imperial sobre los gentimales:

La razón por la que se hicieron leyes y regulaciones para las fiestas en granjas y zoológicos, como la ley 322 del código de feriae y sodomiare que dice que para poder entrar a las estancias de los animales se tiene que demostrar el estado etílico superior mediante las tres pruebas básicas:

Imposibilidad para mantenerse de pie.
Vomito en los zapatos.
Hablar arameo fluidamente.

De esta manera se comprueba la imposibilidad de  realizar cualquier tipo de acto amoroso con las bestias y así evitar el crecimiento demográfico de los gentimales.

Regresando a mi historia, me encontraba observando  a la multitud  cuando sentí una mano en mi hombro, voltee la cabeza y aun que no lo había visto en años, desde que  aun éramos niños, reconocí inmediatamente a mi primo Sasotore  a quien llamaremos Saso a partir de aquí.

Bueno ese fue el capitulo 1 de una historia que no se si seguiré escribiendo, ya se que es un cuento de hadas y da hueva pero como ya saben, no lo tienen que leer, nos estamos viendo dudes.

Potenciado por malas noticias.