Siempre después de unos cuantos años llega el momento en el
que regreso a mi blog.
Expresar lo que acontece en lo hondo del alma, es algo
natural, un desahogo que nos causa una profunda sensación de alivio. Para
muchos expresar y compartir su sentir es
algo sencillo, casi un reflejo, lo comparten con cualquiera que se les ponga
enfrente después de unos tragos, otros lo hacen a través de sus estados, gritos
obviamente dirigidos a individuos de los cuales se omite su nombre pero que
claramente se espera que los escuchen. Los sentimientos acumulados de alguien
que nunca dice lo que en verdad siente tienen que desahogarse de alguna manera y
para mi esa manera es mi blog.
Nunca escribo lo que siento pero pienso lo que siento
mientras escribo y con eso me basta.
Gracias Paola por recordarme lo que tenía que hacer.
Gracias Paola por recordarme lo que tenía que hacer.